Circo social en Salónica

Anais es una joven líder apasionada de Berlín, Alemania, cuya experiencia con la educación no fue nada común. Aunque la mayoría de los niños iban a la escuela y recibían una "educación formal" que giraba en torno a las notas y los exámenes, Anais pasó la mayor parte de su vida en un circo. Para ella, la educación y el aprendizaje a menudo existen fuera del sistema escolar en un espacio que fomenta la individualidad, promueve el talento y acepta a las personas tal como son, independientemente de su origen, capacidad mental o física o situación económica.
Su experiencia la llevó a apasionarse profundamente por la pedagogía circense. Se inscribió en un programa de la Academia de Circo de Berlín, donde aprendió sobre los beneficios de la educación cultural en el desarrollo personal y el bienestar de los niños, y cómo brinda beneficios terapéuticos y alegría a personas de todas las edades. Anais entendió su educación no formal a través del circo como un privilegio al que las comunidades marginadas no tenían acceso. Esta comprensión se hizo más vívida cuando hizo una pasantía en un espacio de arte alternativo, Fix in Art, en Thessaloniki, Grecia, donde estaba desarrollando programas de artes circenses para la comunidad local.
Salónica, la segunda ciudad más grande de Grecia, es conocida por los griegos como la 'Madre de la Migración' debido a su larga historia de brindar refugio a quienes huyen de la persecución y el conflicto. Hoy en día, alberga a 16,000 solicitantes de asilo y refugiados. Una población en constante cambio, muchos luchan por adaptarse a la cultura griega o aprender el idioma. Anais fue testigo de esto y se preocupó mucho por los niños y adolescentes de estas comunidades. Privados del juego, aislados y, a menudo, sin habilidades básicas de lectura y escritura que les permitan ser considerados para cualquier forma de educación formal.
Fue entonces cuando decidió crear un programa de artes circenses de dos meses de duración, enseñando a las comunidades romaníes y de refugiados sobre la pedagogía del circo, ayudándoles a desarrollar competencias sociales mientras se divierten al mismo tiempo. El objetivo final fue desarrollar una red de circo que reúna a la comunidad romaní y de refugiados con los lugareños a través de las artes circenses. “Al incluir a los niños, niñas y adolescentes romaníes y refugiados y a los habitantes griegos en las actividades, se pueden formar vínculos comunitarios y superar los estigmas”, comentó Anais.
En las sesiones piloto, enseñó a los participantes habilidades como malabares, expresión corporal y sedas aéreas para principiantes. La respuesta fue muy positiva. Luego, Anais lanzó una serie de talleres de carrusel de circo que ofrece diferentes disciplinas y formas de aprendizaje para que todos puedan encontrar algo que les guste aprender. Ella había estado pagando de su bolsillo las herramientas necesarias, pero a medida que los talleres se hicieron más grandes, necesitaba más herramientas y más capacitadores. Fue entonces cuando encontró la plataforma Peace First y solicitó una mini subvención para ayudar a financiar estos costos.
Anais siente que los talleres están logrando crear una cultura de equidad e inclusión en el aprendizaje. "Todos deben tener la oportunidad de sentirse apreciados como parte de un grupo, de ser recogidos donde están, de expandir las habilidades y promover los talentos e intereses individuales, para lograr la realización personal, a favor de una sociedad que valora la diversidad", dijo. . Los talleres brindan un espacio para desarrollar tanto habilidades como conexiones humanas personales. "Estamos aprendiendo, pero también estamos construyendo una comunidad".